En el año 2050, la sobreexplotación de la Tierra preocupaba a los científicos, al gobierno y a la sociedad en general. Si no se ideaba una solución, dentro de muy pocos años los recursos serían escasos en comparación con la alta densidad de población, lo que radicaría en una fuerte crisis que desembocaría en un completo y total caos en los países del primer mundo. Era necesario encontrar un método que permitiese un control más exhaustivo de la población, sin recurrir a métodos de exterminio o de castración. Una manera legal de hacer las cosas sin implicar que los ciudadanos desconfiaran o se declararan en contra.
En el año 2075, los científicos encontraron la respuesta. Una respuesta basada en dos principios fundamentales: La inhibición del gen de envejecimiento, lo que provocaba que nadie envejeciera más allá de una edad determinada, que ellos establecieron en 25 años y la implantación de un sistema basado en el tiempo. Si, en el tiempo. Algo que en un primer momento puede sonar absurdo, dado que el tiempo es una magnitud inmaterial, pero que según su idea, iba mucho más allá.
Cada ciudadano fue sometido al nuevo tratamiento, que consistía en la implantación genética de un reloj. Un reloj que aparecía en su antebrazo izquierdo y que se mantenía a cero hasta que el individuo cumplía los 25 años. Una vez pasado ese tiempo, el reloj empezaba a contar a partir de 1 año más, hasta qué, finalmente, el reloj se pondría a cero, lo que supondría la muerte del individuo, de una forma fulminante.
Sin embargo...¿era factible que TODOS los ciudadanos muriesen a la edad de 26 años? Por supuesto que no. Por ello, los científicos también idearon una forma de inhibir los efectos del reloj, por un sistema de suma de tiempo a través de las denominadas "Esferas de Tiempo". Una especie de scanner que provocaba que al pasar el antebrazo por debajo, el reloj se recargara con el tiempo que lleva la esfera. Estas esferas de tiempo en seguida se convirtieron en la nueva moneda. Al ciudadano de a pie se le pagaba con tiempo, al igual que al más alto gobernante. El tiempo se convirtió en la moneda única.
El problema surgió a raíz de que el gobierno ocultaba a la sociedad la cantidad exacta de tiempo del que disponían. Mientras que los ciudadanos viven al día, prácticamente sin tener ni un segundo de su tiempo para gastar, las clases más acomodadas disfrutaban de un tiempo casi ilimitado, con la posibilidad de recargar su reloj siempre que lo desearan, conscientes de que su inmortalidad se debe al tiempo robado al ciudadano de a pie. Un secreto que debía permanecer guardado, para evitar que el sistema se hundiera.
Sin embargo, las cosas han cambiado. Un grupo de ciudadanos corrientes, la Resistencia, se revela contra la Élite y el Gobierno, organizando golpes a los más ricos bancos de tiempo y repartiendo el botín entre los ciudadanos. Ponen en peligro el sistema, lo que ha hecho que los Timekeepers, la mano derecha del gobierno, estén cada vez más alerta y los Minutemen, las denominadas mafias encargadas de sustraer tiempo al más incauto, estén duplicando sus fuerzas para conseguir el máximo tiempo posible.
Se avecina tormenta. Un enfrentamiento que puede significar que el sistema se hunda y, con él, las vidas de millones de personas. Solo tú decides en qué bando deseas estar.
Y a ti...¿cuánto tiempo te queda?